Rolero 05/28/2021 (Fri) 18:53:21 No.10019 del
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Albert

Anticipando un ataque enemigo, Albert advierte a su Servant que adopte maniobras defensivas y este obedece, retrocediendo hasta la entrada del callejón en un solo salto, desde donde observa con suma cautela los movimientos de su oponente. En su nueva posición le sería fácil huir a la calle en caso de que el próximo ataque sea demasiado potente para bloquearlo.

El otro Servant permitió el reposicionamiento de Saber, cargando su espada con más de ese fuego negro mientras mantenía la misma pose con la hoja apuntando a las nubes. Ya cuando el arma parece haber ganado el doble de su tamaño original con la oscuridad agregada, la chica abandona su pose y, con un salto similar al del otro Servant pero en dirección opuesta, escala los edificos de pared en pared, ganando altura con rapidez.

Saber se preparó para un ataque que nunca llegó, le dio a su enemigo la distancia que estaba buscando, y para cuando cayó en cuenta de que todo fue una treta para saltar a la huida, ya era demasiado tarde para alcanzarla. Tanto el gato como el chico fueron incapaces de darle persecución a la mujer armada. Las únicas pistas que tenían sobre ella eran la cabeza decapitada que se llevó con ella al escapar y el cadáver que ya había desaparecido del basurero donde lo habían visto en primer lugar.

Sin rastros que seguir y ya habiendo invertido cierta cantidad de tiempo y energía mágica, la pareja se rinde en sus intentos por encontrar al Servant y al asaltante de tiendas por la noche y se retira a reponer energías.

Día 2

El día comienza cuando sale el sol, Albert no tiene obligaciones que cumplir tan temprano ni un horario impuesto, pero su reloj biológico sí, y le pide que se levante de la cama e introduzca frijoles en su sistema. Cediendo a las demandas de la carne, no tiene de otra más que hacer del vientre, asearse, cambiarse de traje, bajar de su oficina y abrir una nueva lata. Sentado a un extremo de la gran mesa del comedor, intenta disfrutar lo que será su desayuno, almuerzo y cena por los siguientes días a la vez que admira el círculo que sigue pintarrajeado en el piso. Limpiarlo le sería tan molesto como le fue pintarlo y le había dicho a Saber que dejara todo en la planta baja como lo encontró, una orden que cumplió al pie de la letra.

Master — exclama el Servant a manera de saludo al aparecerse en el comedor —. Estaba por ir a decirle que hay una paloma un tanto rara dando vueltas por el edificio desde hace unos minutos. También hay una persona de pie afuera de la recepción.

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