Rolero 02/24/2021 (Wed) 03:34:25 No.2700 del
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<La Guerra de Castas
Si vas a Roma, has como los romanos. Fueran todos Simón Lancaster y seguro tendrían dudas sobre la tradición acuática que les presentan, pero como son nobles aseados pueden despojarse de sus zapatos sin temor a causarle una embolia a alguien con el olor. Luccas es la primera en quitarse sus botas, los demás nobles no tardan en seguirla.

Ya en el palacio, los nobles se ven asaltados por un súbito bienestar espiritual, incluso Tron que estaba dispuesta a poner cara brava esboza en vez una pequeña sonrisa. La que se mantiene estoica es Luccas, no porque sea inmune a lo positivo, como los demás lo siente en el alma, pero le han instruido desde pequeña a mantener la compostura y guardar en el interior todos los impulsos, como se puede mostrar en las pic de arriba, donde recibe regalos por su cumpleaños sin romper su actitud serena.

Lady Lady pasean por el palacio llevadas de la mano, como si estuvieran en una décima luna de miel. Se dan besitos, algunos tan intensos que hacen que Claus se aparte y decida seguir avanzando por otro lado (No estoy seguro si lo dejaste entrar).

Tron: ¡Hay algo que me está estimulando sin mi consentimiento!

La científica se da cuenta que algo raro pasa en ese lugar, y mira el sitio con renovada desconfianza que mantiene por pura terquedad.

"Coincido. Este confort no es natural. Tron, en cuanto nos asentemos, procura analizar el lugar con todos tus instrumentos y equipo. Puede que sea obra de una energía divina"

Tron: No tienes que decirlo dos veces. ¡Derribaré paredes y montañas si hace falta hasta descubrir qué sucede!

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