Tanaka: Si nos atrapan con estas cosas nos encerraran al menos tres generaciones, tenemos que deshacernos de ellas
Tanaka: ¿Eres idiota? Si las dejamos aquí los terrícolas se extinguirán
Tanaka: Era algo que tenía que pasar tarde o temprano
Tanaka: Noooooo, ahí van todas mis estrellaaaaaaaaaas
Tanaka: Cállate y suéltaloooooos…
Esa mañana había sido igual a cualquier otra, era sábado durante el primer día de Febrero a eso de las 7: 23 AM, las aves cantaban, la paz se respiraba mientras te preparabas una bebida para despertar mirando noticias buenas desde el móvil, los boy scouts habían hecho una colecta para ayudar a quienes más lo necesitaban en el extranjero, una niña había recuperado a su cachorro, la policía celebra el aniversario de su mascota Katakkuri- chan, la vida era bella a pesar de sus altibajos, lo tenias en mente cuando llamaron a la puerta. Era un paquete, y vaya paquete, una caja de madera de más de 2 metros y casi uno de ancho, al menos el chico del correo fue lo suficientemente amable como para meterlo a tu casa y evitarte las molestias. No dio explicaciones, ni siquiera pidieron el sello para verificar la entrega, solo agradeció y se fue sin decir más y ahora la caja estaba en medio de tu habitación, no tenía ningún sello de salida ni destino ¿Una broma? Era más que eso, desde el interior se escuchaba una respiración y leves golpes, había algo vivo en su interior.
