>Hace algún tiempo, ambas aventureras habían sido llamadas hacía la casa de un señor de la guerra del clan demonio por ciertos rumores que habían aparecido respecto a ustedes dos y la búsqueda de Siren por la tecnología.
>La casa en el que se encuentran era bastante grande, tanto que fácilmente hubieran podido perderse con suma facilidad si no fuera porque iban acompañados por uno de los sirvientes del dueño de la casa. A su vez, podían ver el estado del sitio, estaba cuidado pero tenía un aspecto tétrico que podía asustar a cualquier incauto. El recorrido por la casa sería bastante silencioso hasta que llegan a una especie de habitación del trono, en donde se encontraban guardias cerca y a aquel señor de la guerra sentado en el trono en el centro de la habitación, este sujeto era conocido por haber hecho retirar a una parte del ejército de la Entente de la frontera con el clan y demás hazañas en el campo de batalla, era un hombre bastante conocido, puede que Siren o Erzebeth ya hubieran oído antes de el, y muy probablemente ya lo hayan hecho.
>Se trataba de un Valhell cuya piel y armadura eran completamente negras como la noche, sus ojos eran blancos con los iris de color gris y la pupila negra, se dice que este hombre en vida había servido al ejército de la Entente como un brillante general hace más de un siglo
<Victed ¡Oh! Excelente, nuestras invitadas han llegado finalmente, espero que mi sirviente haya sido agradable con ustedes
>Su voz era profunda, a pesar de parecer estar tranquilo, podía estremecer fácilmente a cualquiera que lo escuche hablar, lo mejor será no comprobar cómo es su voz cuando se enfada...
<Victed Ejem, seré breve con ustedes, pero antes, ¿Gustan un poco de té?
>Ah, la bebida por excelencia del clan demonio, el té, que una persona olvide ofrecer té a sus vistas es como una declaración de guerra. Uno de sus sirvientes se acerca ustedes con una bandeja en donde estaban dos tazas con té, té hecho a apartir de las hojas de un árbol que solo se da en el territorio del clan, por lo que se pueden dar una idea de lo escasos que son y del lujo que supone el poder ofrecerle ese té a las visitas
