OP 10/26/2020 (Mon) 01:39:57 No.733 del
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Bien, ya te mandó tu turno.


Era otro día común y corriente en el fortín, con el sol oculto por varias nubes indiscretas, y un suave resoplar del viento sobre la colina... Aquella era una de las sedes de la Orden de los Bienaventurados, guerreros cuyo único propósito era el de resguardar las vidas de cualquier persona en peligro, la de resguardar los agitados caminos de la Comarca y los Reinos circundantes, y, en especial, brindar ayuda a todo aquel que la necesitase. Aquella orden, tenía no mucho tiempo de haber Sido fundada por Ex-Combatientes de la Comarca, y también del Reino del Norte, quienes, agotados y desengañados por los cruentos enfrentamientos sufridos hace tiempo en tal tragedia, decidieron dejar sus diferencias atrás, para unirse en el objetivo de mejorar el estado general de aquella tierra... No obstante, de vez en cuando, los odios añejos vuelven a aflorar...

Pero no importaba en ese momento, después de todo, tu trayecto en la orden era de igual de joven que la misma, apenas recibiendo el debido, pero rudimentario, uniforme perteneciente a la misma, el cual solamente era una espada larga de acero, un peto con grebas y casco, y el emblema de la orden que te identificaba como parte de la misma.

Usando los sistemas estándares de los gremios, habían varios rangos y posiciones dentro de la Orden, los cuales, se iban obteniendo en base a las misiones que eran tomadas, y la dificultad y proeza de las mismas. En esta ocasión, tu primera misión, ya había Sido encomendada: Informes de una población hacia el norte, hacían indicar el envenenamiento del pozo del poblado, cuyo nombre era Rafini, ubicado unos cuantos kilómetros hacia el oeste. A su vez, los informes advertían sobre extrañas presencias rondando por las tomas de agua de la ciudad, y en el alcantarillado de las mismas, escuchándose ruidos extraños todas las noches cuando el sol se ponía... Ahora, era tu trabajo ir hacia Rafini, y averiguar y solucionar aquel predicamento.

Eso sí, aún no partidas, actualmente te encontrabas tomando tu desayuno diario: Un estofado de Carne con algo de papá picada, y una larga jarra de agua para beber, recién servido sobre un largo mesón, en donde otros miembros de la orden se encontraban tomando el desayuno de igual forma

Aqui decides si irte inmediatamente después de comer, o explorar un poco el lugar y charlar con los demás, o como gustes negrin