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Rechazando aquel té que Jaya si que acepta, empiezan a seguirla por las escaleras enormes de la mansión. La cuales tenían un tapiz rojo como bordado. Es entonces, que en el segundo piso de la mansión. La sirvienta abre las puertas enormes de la sala de par en par, revelando a aquella mujer haciendo un juego de manos con una moneda de cobre.

Gregory : Al fin llegaron, pensaba que unos bandidos se pusierón en su camino.

La mujer quien os daba la espalda, se giraba hacia ustedes, viendo en persona las tres personas que se han encargado de muchos fiambres...

Jaya : ¿Que... Se necesita? Es la primera vez que nos vemos.

Gregory ; ¿Conocen a Emilio Donilety?

Jaya : Uh...
Hasy : Ah...
Tú : Eh...

Gregory tan solo respiraba profundamente mientras agarraba fijamente su moneda, observando con detenimiento los grabados malditos.