Bell 01/30/2021 (Sat) 15:16:03 No.1840 del
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>Madame Bobary
Jacket, Jack, Javi, Javiel. Nombres distintos, algunos nuevos, otros que recuerdan pasados lejanos, eras que deslumbran con el brillo ominoso de eones extraños.

Un Von Karma no tiene alma como tal, su naturaleza para-dimensional los vuelve ajenos al universo actual, de ahí que su presencia resulte desconcertante o fuera de lugar para quienes los observan, o que ellos mismos se sientan como extranjeros venidos de un mundo extraño al momento de andar por suelo terrenal. Cuando uno muere, o más bien es destruido, su esencia regresa al caldo primigenio y burbujeante que se dice es el corazón de la Diosa Madre/Dios padre/Sol negro, lugar donde se originan todos los miembros de este linaje que ha salpicado leyendas y mitologías, generalmente retratados como criaturas retorcidas y horribles que traen desgracias, y raptan personas para propósitos macabros.

Jacket no recuerda nada de eso, ni está al tanto de su ancestro de esencia más cercana: El caballero negro; una leyenda medieval de un guerrero errante que se decía era incapaz de morir. También desconoce que ese cuerpo que trae es fruto de la Energía terror. Cada hueso, tejido, vena, nervio, y rastro de piel aunque cocinado en un vientre cercano al humano, sigue siendo un contenedor de ese peligroso poder que intimida la realidad y la tuerce. Para los entendidos y amantes de lo oculto, hablar de ellos sería como charlar de la Llorona, Slenderman, o el perro que come cereal con cuchara. Historias de miedo.

Pero aun desconociendo las implicaciones de su propia naturaleza, Jacket consiguió una vida relativamente normal, en terminos de un soldado de la fortuna y sin contar la tragedia del atentado que le robó la voz. O quizás sea por ese mismo desconocimiento que consiguió obtener una vida cualquiera en el planeta Tierra.

En la actualidad, lo más peculiar que toca la puerta de la vida de Jacket es un sueño recurrente que lo ronda desde comienzos del año (2580). La mente le lleva a un lugar desconocido pero que a su vez se siente familiar, avanza, entra por el umbral de piedra que vigila la cabra negra de los bosques y su coro de mil retoños, la escalera gris continua al castillo de la Valkyria sangrienta donde gemidos de placer y dolor se fusionan hasta volverse indiferenciables los unos de los otros, el camino asciende a la morada de los gemelos ausentes, yendo más allá hasta cruzar por los observadores del cielo y la ciudad crepuscular, se sumerge en una niebla de inciensos y artículos exóticos, se hunde en las barbas vivas de una criatura alada y gigantesca, llega a la torre en mitad del mar gris que custodia un oscuro enmascarado, hasta finalmente abrazar el cobijo de la señora alta con sombrero, esa que aguarda en la novena casa de las doce que componen el santuario de los Von Karma. Acto seguido Jacket abre los ojos y está de vuelta en el dormitorio de su apartamento.

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