>>1987 >Madame Bobary Más que una élite que mueve hilos desde las sombra, la familia es un conjunto de seres de naturaleza invasiva que busca extenderse entre los sectores importantes de la sociedad hasta que toque el día de resolver el plan maestro, que consiste en traer al Sol negro/Diosa Madre/Dios padre a esta realidad, abriendo un portal colosal hacia el lado oscuro de las dimensiones. Pero eso ya es historia de un futuro lejano.
"No me digas que te enamoraste de esta muchacha simplona. Sino no me explico tu afán por dejarla viva y en paz" La madame se cubre la boca como si la posibilidad de que su hijo se fijase en alguien tan mediocre fuese el peor evento del mundo. No está en contra de las Canitas al aire como dije el rey de Zamunda, pero frente la idea de un compromiso serio lo suyo sería encontrar una pretendiente más adecuada como la comandante de un ejercito, o la jefa de una exitosa empresa. Personas cuyos genes fortalezcan a la familia. "Bueno, como tú quieras..." Las uñas de la madame se convierten en largas y afiladas garras que utiliza para cercenar las cuerdas que mantienen a la vecina colgada. La joven cae al suelo, tumbando el balde de sangre en el proceso. Madame Bobary ni se molesta en mirarla, mucho menos cura la herida en su esternón.
La Von Karma acepta la eventual cercanía de su hijo con todo el animo del mundo, es ella la que lo toma de la cintura para acomodarlo como si fuese un niño pequeño sobre sus piernas, mientras que la silla vuelve a rechinar por el peso extra. Pero como es marca Pluto.inc, y Pluto.inc es calidad, resiste.
"Creí que te costaría más aceptarme en tu mundo... Pero es evidente que el lazo entre una madre y su hijo es el enlace más vibrante del mundo" Cierra los ojos y con su palma llena de peligrosas garras, presiona la mano de Jacket contra su mejilla pálida. "Ahora tienes que acompañarme al Santuario, tengo que prepararte para el banquete de Walpurgis. Estamos a puertas de una importante celebración para nuestra familia, todos vendrán a verte... Oh" Bobary pierde por un momento el hilo de las palabras cuando Jacket baja la mano por su cuello hasta dejarla reposando en su gigantesco cofre. "Querido, no me digas que tú..." El rostro pálido de la Von Karma se tiñe con un ligero rubor, pensando que tal vez el súbito encuentro atrajo a su hijo de manera indebida, la semilla del complejo de Edipo. "Me sentiría halagada si fuese el caso, pero supongo que se trata de un mero anhelo infantil" Esboza una sonrisa y decide interpretarlo como un anhelo nostálgico que duerme en la mente del joven mercenario desde hace mucho. "Déjame saciar tu sed"
Sus dientes perlados relucen en una sonrisa llena de amor maternal. Es ella misma la que baja su escote rebelando la grandeza de su pecho derecho, cubierto por finas venas fáciles de notar por la blancura de la piel. Planta una mano contra la parte trasera de la cabeza de Jacket y lo acerca a la fuerza. Hundiendo el pezón dentro de la boca de este, lo obliga a sorber. Frente todo pronostico leche empieza a inundar la boca del sicario, lo refresca y baja por la garganta en mucha cantidad. Esa leche cremosa impregnada con energía terror sería veneno para casi cualquier ser humano, pero para su hijo lleva el sabor y la plenitud que trae la mitológica ambrosía.
"¿Quien es el niño de mamí? Eres tú. Mi lindo, lindo Jacket... Tan solo, tan prometedor" Con las garras de la mano que mantiene la cabeza del chico en su pecho, le acaricia el cabello con delicadeza. "No te levantes, solo bebe y duerme. Yo me encargaré de todo. Cuando despiertes estarás en tu verdadero hogar" Dice y lo acuna entre sus brazos con facilidad en un abrazo cálido hasta que el rubio cae en sueños.
